Los plásticos convencionales tienen ciertas limitaciones, como por ejemplo: se obtienen a partir de procesamientos de combustibles fósiles (petróleo o gas natural), que son considerados recursos no renovables, en algunos casos su composición dificulta el manejo de residuos.
El desperdicio de alimentos es un problema mundial y dentro de la cadena alimentaria donde más se tiran desperdicios es en el hogar por lo que se identificaron las tecnologías de envasado como una de las medidas de mayor impacto de reducción del desperdicio de alimentos en general.
Los materiales empleados en los envases presentan un papel fundamental con alto impacto en la reducción de desperdicio de alimentos, contienen el producto con la finalidad de preservar sus características iniciales y protegerlo frente a posibles alteraciones.
Los plásticos han demostrado propiedades únicas para para el envasado de alimentos: versátiles, ligeros, fácil manipulación y resistentes.
No obstante a sus grandes beneficios en algunos países se han establecido fechas donde todos los plásticos deberán ser amigables con el ambiente ademas de evitar el desperdicio de comida por lo que tendrán que poder ser reciclabes para prevenir el mal uso y manejo que se les esta dando.
Aquí te presentamos algunas líneas de desarrollo como probable solución al problema:
Bioplásticos: Son biopoliésteres sintetizados por algunos microorganismos, totalmente biodegradables con baja permeabilidad a la humedad, lo que lo hace una buena opción para el envasado de carne fresca. Tienen ventajas como: no son sumen materias primas no renovables, re reducen los residuos no biodegradables que contaminan el medio ambiente y suponen un ahorro energético durante su producción
Su principal requisito es garantizar la calidad organoléptica del producto para el consumidor final durante su vida útil. En el sector cárnico es importante la propiedad barrera al oxígeno, así como otras propiedades de conservación y protección para el alimento.
Polímeros biodegradables: Material totalmente biodegradable con comportamiento termoplástico y buena compatibilidad con otros biopoliésteres . Ha comprobado ser de fácil producción, ecológico y económico.
Recubrimientos activos: basados en la dispersión de diferentes agentes antioxidantes y antimicrobianos con el objetivo de aumentar la vida útil de los productos envasados, su innovación más destacada es el desarrollo de recubrimiento bacteriófagos.
Envase activo: En el caso de los productos cárnicos, éste previene o realentiza el desarrollo de microorganismos con el fin de aumentar la vida útil y garantizar la seguridad alimentaria incorporando sustancias activas antimicrobianas mediante una liberación controlada.
En los productos cárnicos la contaminación por microorganismos tiene lugar principalmente en la superficie del alimento.
Nota completa en: Revista Cárnica, No. 409 Feb/Mar 2020 y No. 411 Jul/Ago 2020, Año 47, Madrid, España.
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