Mtro. Hugo Valadez
Hola lector, en esta ocasión tocaremos un tema que seguro nos va a remontar a una situación por la que muchos alguna vez hemos pasado ¡el cabello en nuestro alimento o en la sopa!, muchos conocemos esa sensación de que vas a mitad del platillo ¡oh problema! un cabello. Ahora imagínate si nos encontráramos con un objeto extraño en un alimento que acabamos de comprar.
Los OBJETOS EXTRAÑOS O PELIGROS FÍSICOS, son objetos contaminantes presentes en los alimentos que pueden causar daños de tipo mecánico o traumático al consumidor cuando se ingieren, o bien ser fuente de reclamaciones y rechazo del producto porque su presencia en alimentos se considera inaceptable.
En el procesamiento de alimentos puede haber la posibilidad de que incorporen dos tipos de objetos extraños no deseados y que pueden causar un rechazo del lote por la propia empresa:
Restos orgánicos que pueden acompañar a las materias primas, como fragmentos de huesos o cartílagos u otros restos de despojos que se pueden incorporar de manera incidental en los productos durante el despiece manual o mecanizado.
Materias ajenas al producto como restos de materiales de envasado o embalaje (plásticos, vidrio, cartón, maderas); de la maquinaria utilizada en el procesamiento de los alimentos como fragmentos metálicos, tornillos, juntas; efectos personales de los manipuladores (pendientes, piercings, anillos), o incluso insectos, que se pueden introducir de forma accidental durante el proceso productivo.
Según el informe del RASFF, los objetos extraños se encuentran con mayor frecuencia en alimentos a granel de origen NO animal, como cereales, frutas, verduras y semillas.
El CONTROL DE OBJETOS EXTRAÑOS en los alimentos se basa en implementar sistemas encaminados a eliminar, prevenir, o reducir el riesgo de la presencia de estos objetos en el producto final. Las acciones implementadas se pueden clasificar en dos niveles:
Medidas preventivas: a través de buenas prácticas higiénicas de manipulación y fabricación en la planta y de los autocontroles y prerrequisitos.
Sistemas de detección (normalmente como puntos críticos de control presentes en las diferentes etapas del proceso): mediante los detectores de metales o trampas magnéticas (sistemas convencionales) y los detectores por rayos X, que son más sensibles e identifican tanto metales como otros objetos extraños no metálicos (fragmentos de huesos, piedras, plásticos duros y teflón), siempre que tengan una densidad superior a la de los ingredientes.
Ambos sistemas pueden detectar objetos en el producto final después del proceso. Este tipo de acciones son imprescindibles implementarlas, por lo que la industria cárnica formal las ha vuelto parte de su operación con el fin de evitar la entrada de peligros físicos en la cadena de producción.
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Fuente:
3tres3. Tecnologías para la detección de cuerpos extraños en la industria cárnica. Consultado el 17 de julio de 2021 de: https://www.3tres3.com/articulos/tecnologias-para-detectar-cuerpos-extranos-en-la-industria-carnica_44227/