El Gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador insistirá en la fijación de precios de garantía para hacer rentable la siembra de productos del campo en los que México es deficitario, como el maíz. Jorge Fenyvesi Frizzi, asesor de quien será Coordinador de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo Garza, reconoció que los cultivos deberán ser rentables con precios de garantía y apoyos para tecnología que hasta ahora han operado más como programas de asistencia social, en lugar de impulsar la productividad. “Vamos a recanalizar los apoyos de los programas de fomento para evitar que en lugar de que sean utilizados para impulsar la producción terminen siendo recursos con fines asistencialistas”, sostuvo el también director de Agromod, empresa de Romo. En reunión de consulta con productores agropecuarios e investigadores, efectuada el viernes en la Unión Ganadera de Nuevo León, Fenyvesi y Salvador Fernández Rivera, asesor de Víctor Villalobos, próximo Secretario de Agricultura, refrendaron la necesidad de darle rentabilidad a los cultivos. Fernández consideró que tanto los precios de garantía como los programas de asistencia para tecnología aumentarán la productividad del campo. Dichos estímulos, sentenció, deben llegar a través de un programa de extensionismo muy focalizado, menos disperso, a quienes debe llegar y tenga continuidad en el tiempo. Con esas medidas, señaló, disminuiría el déficit de productos de alto consumo en México. “Una meta en general que se observa y en muchos países se aplica es no importar más del 25 por ciento de lo que uno consume”, indicó. “En estos momentos estamos en algunos productos importando mucho más que eso, como es el caso del maíz, que llega a alrededor de un 40 por ciento; en el caso de arroz es mas del 90 por ciento, y en el caso de leche es poco más de un 30 por ciento”. Fenyvesi añadió que México tiene un pequeño superávit en maíz blanco, pero muy dependiente del extranjero en maíz amarillo. “Somos muy deficitarios en cerca de 12 millones de toneladas (anuales) en maíz amarillo, que es el que se convierte en proteína como insumo para la producción carne de res y de puerco, de huevo y de pollo”. Fernández advirtió que la dependencia de las importaciones alimentarias puede generar presiones al Gobierno. “Cuando un país importa mucho es vulnerable y entonces es importante que la mayor parte de lo que consumimos sea producido en el propio País”, afirmó. “Si el país que provee el producto que otro está importando tiene dificultades por problemas de sequías, inundaciones, heladas o un problema político, pues obviamente el que está en una situación más débil es el que importa”. Consideró que en caso de no atender ese déficit, las consecuencias impactan más a las familias de ingresos más bajos porque los precios tienden a ser muy volátiles, por lo que el próximo Gobierno buscará eliminar esa dependencia.
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