Colaboración de: Consejo Mexicano de la Carne (COMECARNE) y
Red Bancos de Alimentos de México (Red BAMX)
De acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la organización británica sobre residuos WRAP, el denominado “Índice de desperdicios de alimentos 2021” expone una cifra casi aterradora: en el año 2019, hubo 931 millones de toneladas de alimentos desperdiciados (61% corresponde a hogares, 26% servicio de alimentos y 13% sector autoservicio). Esto sugiere que el 17% de la producción total de alimentos en el mundo fue a parar a la basura. Para dimensionar aún mejor estos números, quizás sea útil entender su equivalencia en peso: 23 millones de camiones de 40 toneladas completamente cargados de alimentos, que puestos en fila darían siete vueltas a la Tierra. Los investigadores llegaron a una de las conclusiones más llamativas de su estudio: los niveles de residuos a nivel doméstico son similares en los países de altos ingresos, medianos altos y medianos bajos. Por ejemplo, Nigeria es uno de los países del mundo donde más comida se desperdicia, con 189 kilos per cápita al año. Algo similar sucede en Ruanda donde la cifra alcanza los 164 kilos per cápita. España 77 kilos per cápita, Holanda y Bélgica desperdician 50 kilos per cápita al año, mientras que en Estados Unidos son 59 kilos per cápita. La mayoría de los países latinoamericanos no tiene información robusta acerca del desperdicio de alimentos. Esto es un problema pues, sin datos, es imposible dimensionar el tema. Los investigadores lograron reunir información de siete diferentes puntos geográficos, pertenecientes solo a 4 países de Latinoamérica: Belice, Brasil, México y Colombia. De acuerdo con los resultados, Belice desperdicia 53 kilos por persona al año, mientras que en Brasil fueron 60, en México 94 y en Colombia 70.
Si un 17% de los alimentos disponibles en el mundo se desechan, es de esperar que esto tenga un fuerte impacto económico, social y medioambiental.
De acuerdo con la ONU, se estima que entre el 8 y el 10% de las emisiones globales de Gases de Efecto Invernadero (GEI) están asociadas con comida que no se consume. El impacto ambiental es enorme. Para darnos una idea de la escala de esto, si el desperdicio de alimentos fuera un país, sería el tercer mayor emisor del planeta, solo detrás de China y Estados Unidos”, dice Richard Swannell, director de WRAP.[1] De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos, en ése país, las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero durante el año 2021 en EUA fueron: 28% transporte, 25% producción de electricidad, 23 industria, 13% comercio y residencial, 10% uso de la tierra, silvicultura, agricultura y ganadería*.[2]
La investigación revela que la mayor parte del desperdicio, un 11%, se produce en los hogares, frente a los servicios de alimentación y los establecimientos minoristas que tiran un 5% y 2%, respectivamente.[3]
Mariana Jiménez, Directora General de la Red de Bancos de Alimentos en México (Red BAMX) señala que esta problemática genera aproximadamente 36 millones de toneladas de CO2 eq en México, el equivalente a lo que generan 15.7 millones de automóviles. En términos económicos, el desperdicio y las pérdidas alimentarias en México ascienden a 491 mil millones de pesos, lo que representa el 2.5% del Producto Interno Bruto del país. Para las Naciones Unidas, reducir la pérdida de alimentos se traduciría en beneficios generalizados en todas las dimensiones de las metas asociadas al hambre[4]. Por tal motivo, en todo el mundo se llevan a cabo estrategias para evitar el desperdicio alimentario. En México, por ejemplo, la Red BAMX busca operar un modelo logístico de rescate de alimentos sostenible y sustentable, que actualmente permite la recuperación de más de 149 millones de kilos de alimentos aprovechables que son redistribuidos a cerca de 2 millones de personas.
El desperdicio de alimentos en México alcanza el 34.7 por ciento de lo que se produce en el país. La pérdida y desperdicio de la carne de cerdo asciende al 40%, pescado 37%, res 35%, pollo 29% y tortilla 28%, de acuerdo con el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria (CEDRSSA) de la Cámara de Diputados.
El desperdicio y pérdida de alimentos sin duda también afecta al medioambiente, toda vez que el crecimiento demográfico y el aumento de los ingresos demandará una mayor explotación de los recursos naturales para la alimentación. Está sobre demanda también aumenta la emisión de Gases de Efecto Invernadero. Desde el aspecto económico, al desperdiciarse comida se reduce la disponibilidad de alimentos para la población.[5]
Todos podemos evitar el desperdicio de alimentos, por eso la solución comienza en casa y en el cambio de hábitos de consumo de cada uno de nosotros. Durante los meses de julio a septiembre, la Red BAMX y su programa Pacto por la Comida, han lanzado la campaña llamada “En México la Comida No se Tira” con el objetivo de generar conciencia y promover la acción en nuestra sociedad para abordar esta problemática, los invitamos a seguirlos en sus redes sociales.
La FAO ha declarado desde 2019, el 29 de septiembre, como el Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de alimentos, en donde se llevan a cabo varias actividades a nivel internacional y nacional para reforzar los esfuerzos de reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, este día tampoco pasará desapercibido por la Red BAMX, quien llevará a cabo un evento que podrá seguir a través de sus redes sociales, en donde buscará hacer un llamamiento a la acción de todos los sectores y consumidores para luchar con esta problemática, garantizando la seguridad alimentaria de todas las personas.